viernes, 30 de julio de 2010

El comienzo del fin…de semana.


Hoy es viernes y podría opinar sobre la defensa de Uribe hacia su Hijo Tomás -familia “que tanto mal le ha hecho a Colombia”- y su agarrón con el Magistrado Yesid Ramírez Bastidas quién ha demostrado que en la Casa de Nariño no son intocables, o sobre las no muy fraternales relaciones entre Colombia y Venezuela que a decir verdad han hecho que ya no se elija a ninguno de los dos zascandiles, antes era o Uribe o Chávez, ahora ni Uribe ni Chávez. Podría opinar acerca de la salida tan aparatosa del Vicepresidente – que tanto vamos a extrañar en las secciones de humor- Francisco Santos que parecía un transexual recién salido del procedimiento quirúrgico del cambio de sexo buscando estrenarlo desaforadamente para comprobar su calidad. Pero esas opiniones cansan, agotan, desgastan, consumen, y el viernes está hecho para cansarse, agotarse, desgastarse y consumirse pero en otros asuntos.

El viernes es una identidad en la cual la ciudad se despierta temprano pero se duerme más tarde. El viernes puede describirse como la canción de Louie Ramírez “viernes social” o como el personaje indio Viernes de la obra de Daniel Defoe titulada “Robinson Crusoe” en dónde éste lo salva para que no sea digerido por los caníbales y lo educa a su manera. El viernes es el día de la diosa Venus, de ahí que sea un día para admirar la belleza o para conseguir el amor o hacer el amor o conseguir alguien para hacer el amor. El viernes es el día de los estudiantes universitarios que llenan las tiendas y bares cercanos a su casa de estudios desde las 10 de la mañana a embutirse cerveza y hablar de los compañeros, de los profesores, de las notas, del semestre, otra cerveza, de los partidos de fútbol, otra cerveza, de querer viajar, otra cerveza que ya no tengo para el autobús, de las mujeres hermosas con su monte Venus podado, algunas, con su monte Venus devastado.

Las mujeres hablan de sus perfumes, de sus productos de belleza, de las promociones en MNG y Zara, de sus interiores predilectos, de los productos para el cabello, de las canciones, canciones que son sólo para el viernes, canciones que se oyen en el presente pero que tienen una carga histórica reducida al recuerdo, canciones que evocan, canciones que no solo se oyen sino que se huelen, canciones con olor a te quiero mi amor, canciones con sabor a no te olvides de mí precioso, canciones que hacen sentir con cada nota el corazón explotar y, otra cerveza please. Canciones con olor a muerte: ojalá que te mueras hermosa.

El viernes es una canción de amor o de olvido, de olvido de todo lo ocurrido en la semana (Tomás Uribe, Uribe, Pachito Santos, Chávez), de amor que produce la emoción de encontrar nuevos caminos, de amor al fin, al fin de semana, semana que ya acabó y fin de semana que comienza.