miércoles, 9 de junio de 2010

Por qué Antanas Mockus no merece ser presidente de Colombia.

Colombia en los últimos cuatro años se ha convertido en un país de falsos positivos y de realidades negativas. Ahora, además de sentir miedo hacia los grupos al margen de la ley también se le siente miedo al ejército nacional. En ese mismo lapso se ha aumentado el miedo hacia los países vecinos, se ha caído en la tesis de que para un Estado es necesario tener enemigos, pero como todo en este país, se tergiversó dicha tesis y se adoptó la siguiente: los enemigos hacen que necesariamente nos convirtamos en un “Para-Estado”. Y en época de elecciones todo entra a hacer parte del juego democrático.

Un País violento, cuna de varios grupos al margen de la ley, un sinnúmero de carteles de cocaína, un grado alto de extradiciones, un índice significativo de homicidios, un país en donde la regla general es la trampa y la excepción es la ley, un país cuyo paisaje político más visible es la burocracia, el latrocinio y la irracionalidad, un país en donde los únicos que pueden explotar la tierra a nivel agrícola es la gente de plata, o mejor dicho, la gente de bien, un país de culos y tetas de silicona, merece un presidente parado y con pantalones.

Además, somos un País en donde la salud sirve de negocio y la educación está reservada para una minoría, un país de mafias basadas en la droga, la corrupción y la política, en donde el jefe de la mafia política debe pagar favores al jefe de la mafia de la droga y al jefe de la mafia de la corrupción, aunque como en los últimos años una misma persona puede ser jefe de todas las mafias. Un país donde la honestidad sirve para limpiarse el culo, necesita un presidente que sea capaz de reunir en su mayoría todas las características de la sociedad que representa, y no uno que muestre el culo, se requiere con urgencia un presidente que además de decirle sea varón a otro, escupa en el piso y con un pie señale la línea, y no uno que salga con girasoles, necesitamos un presidente que viole las leyes y no uno que las haga cumplir.

Nuestro presidente actual puede describirse como dice Fernando Vallejo: es un culibajito que tiene a toda hora a Dios y a la Patria en la boca. Es una caricatura de nuestro lamentable ayer, y podemos agregarle: ha inyectado el miedo en la sopa, en el desayuno, en las universidades, en las carreteras, en el campo, ha aumentado la desconfianza con el vecino, ha convertido a Colombia en una zona donde huele a miedo, el miedo es su mayor instrumento para después inyectar seguridad. Por eso retroceder no es una opción porque ya casi convencemos a todos de ingresar a una mafia y no a una Universidad, ya casi logramos el consenso, por medio de las armas, de que el que no esté con el gobierno está con el enemigo y necesitamos destruirlo sin Piedad.

El próximo presidente de Colombia debe ser uno que tenga pinta de atracador, narcotraficante, sicario y muñeco asesino, que tenga cara de chuky, que use aviones, bases militares y fusiles para combatir todo lo que no sea acorde con la cultura traqueta de este país, necesitamos combatir la violencia con violencia. Y es difícil escribir sobre Colombia sin usar esa palabra Violencia.

Por eso, mi querido Antanas, tu no mereces ser presidente de Colombia, porque no eres capaz de matar un zancudo para defenderte, cuando los otros tienen todo un sistema de autodefensa, tú no tienes pinta de ladrón de calle oscura o de cuello blanco, ni de sicario ni de narcotraficante, es decir, no heredas ninguna cualidad de la sociedad que pretendes gobernar.