Aborrezco cualquier tipo de apariencia, cualquier intento de subordinación y cualquier intento de ínfulas que los seres humanos realizan por la estúpida sensación que produce pertenecer a algún grupo social donde el lujo importa más que el ser humano. El vestir es una forma única de ser y una de las pocas cosas que en una sociedad democrática no se debe manipular (las otras son la opinión y la mente). No me da mal genio lucir una corbata y tengo varias, incluidas unas compradas en Francia que mi hermana en una de sus visitas me trajo, lo que molesta es que lo obliguen a ponérsela cuando uno amanece con el ánimo de no usarla, cuando uno no está programado para usarla, cuando a uno no se le da la gana, cuando uno no quiere aparentar. En los clubes que organizan diálogos sobre temas que importan a la Nación, que exijan la corbata y el saco me parece deleznable y digno de un país de apariencias, confirman que el lujo es lo que importa, que la apariencia es lo que más se tiene en cuenta, y eso que se trata de la alta alcurnia, de los dirigentes del país, o sea de los que más apariencias poseen. Este País está condenado a la apariencia, los grupos armados aparentan luchar por algún grupo social marginado por el poder político, los dirigentes políticos aparentan gobernar para todos y no para ellos mismos, los estudiantes aparentan estar en clases mientras en sus blackberry´s (un engendro más de la apariencia) comentan estupideces, los ricos en Colombia no son los que más poseen dinero sino los que más tienen apariencias, por eso no quiero ser alguien adinerado en este País, porque las apariencias son uno de mis mayores motivos para abandonar este País, ni siquiera es abandonarlo es olvidarlo, país estúpido y lacayo de lo impropio, de lo prestado, un país en donde mucho se abarca pero poco se aprieta. Ser pobre es ser infeliz y ser infeliz es ser colombiano, ser colombiano es aparentar, aparentar es ser pobre y queda cerrado el círculo de anti-identidad (o inmunoidentidad) que posee este país de culturas prestadas, copiadas, país no original, país pirata. Lo único que este país tiene como identidad es la matanza entre sus propios seres, lo único que le cabe a un colombiano en la cabeza es la destrucción y el asesinato, no la solidaridad y la vida, es mejor traer hijos que adoptar los hijos de otros, es la muestra de la ausencia de solidaridad, es el reflejo de la matanza encarnada en los sesos de la conducta de un ser colombiano porque parir es matar, matarse a sí mismo y de paso al planeta. Y al morir hay que ir bien vestidito al entierro como si el hijueputa que está en otro lugar mejor, porque cualquier lugar es mejor que esta vida, estuviera pendiente de cómo se va a su entierro, a los muertos no les interesamos los vivos, no ve que los muertos ya han dejado la estupidez de la vida, los vivos como siguen siendo víctimas de este mal de vivir siguen siendo estúpidos, siguen pensando en aparentar, póngase la corbata para el entierro de su abuelo para que el resto de la familia no vaya a pensar mal de usted, hijueputas familiares que critican, hijueputas deslenguados, son tan poco personas, tan desdichados, tan detestables, tan malparidos, tan execrables, tan tontos, tan abyectos, tan mal nacidos, tan pésimos paridos, tan poco pensantes, tan ignominiosos, tan pusilánimes, tan faltos de razón, que acuden a la ropa para sentirse con mayor categoría, con mayor cargo, yo me visto porque toca pero cumplo con esa obligación como a mi voluntad se le viene en gana, los uniformes de los colegios en los que estudié siempre fueron mis prendas enemigas, en cambio mis prendas favoritas eran los interiores de las muchachitas, los top´s, los chiclesitos, los bicicleteros, las minifaldas, en donde uno metía la mano y se sentía apretada, en donde quedaban los dedos casi inmóviles, esas prendas son mejores que las del saco y la corbata, que el vestido largo de coctel, que el sastre, el blazer, pobre gente que sólo puede dedicarse a gastar el pensamiento con la ropa y con las apariencias, mundo aparente con Dioses aparentes, lástima tanto desgaste de las leyes naturales de evolucionar mientras esta raza humana, egoísta y absurda, trata de involucionar. Menos mal existe la cura de la muerte, la gran muerte que sana todo los males de este planeta, pero necesitamos más personajes de esa clase, necesitamos más muertes, menos vidas, menos embarazos, más sexo, más asesinos.
Apuntes ambiguos es un espacio de palabras que pueden ser leídas de muchas maneras y en muchos lugares: sentado, acostado, de pie, en el comedor, en el baño, en el aula de clase. Estos apuntes son cosas que piensa usted, su mamá, su papá, su enemigo, su novia, su amante pero que no se atreven a decir. Aquí somos atrevidos, intrépidos y ambiguos.