martes, 16 de julio de 2013

World War Z y el mesías siempre necesario.

El cuento de la película World war Z es el cuento del cristianismo sin ficciones, sin tramas, sin parábolas, directo, eficaz, con el mensaje de salvación a toda costa, el fin justifica los medios es la sentencia de la película (y del cristianismo), la salvación desesperada como sea posible.

La historia es la siguiente: unos humanos se han vuelto zombies (muertos vivientes) y si algún humano llega a ser mordido por un zombie entonces el humano se vuelve zombie. Más de la mitad de la población mundial es zombie y la medicina mundial no halla la cura para siquiera reducir lo voracidad de los zombies, no se sabe nada del por qué o a causa de qué se han vuelto zombies. Sin embargo, los humanos que quedan no quieren dejarse convertir en zombies y como un apartheid: allá los zombies, acá los que aun estamos ‘sanos’. Un mesías aparece (Brad Pitt) y da la solución: no podemos salvar a los zombies, pero podemos camuflarnos para que ellos no nos conviertan en zombies, es decir, podemos salvar a los pocos que quedemos, el resto ya están perdidos. Entre balas, suspenso, sustos, surge la solución, los zombies no atacan a quienes tienen enfermedades mortales, en otras palabras, no convierten en zombie a quién está en un estado más crítico de salud que ellos.

En general esa es la trama pero cada quién podrá encontrar los elementos más detallados de la historia del filme, sin embargo, me resulta tentador observar como está relacionada la película con el cristianismo – desde su versión más escueta hasta la más compleja –, Gerry (Brad Pitt) y Jesús (Jesús el de la Biblia) aparecen ya entrado el mal, se sabe lo básico de ellos, datos relevantes para la misión que ahora deben emprender; van siempre acompañados pero sólo ellos saben lo que se debe hacer en los momentos críticos; la soledad en momentos en donde todo se da por perdido, Jesús se siente solo y lanza la pregunta: Padre ¿por qué me has abandonado?, Gerry en un momento cree que su familia ha sido abandonada a la suerte y le pregunta al jefe supremo ¿dónde está mi familia?, a uno de sus apóstoles le es cortada una oreja y Jesús hace el milagro y se la renueva, a uno de los acompañantes de Gerry le es mordida una mano por un zombie y para evitar que se convierta en zombie Gerry se la corta y la salva; Jesús se sacrifica y así se entrega a las fuerzas de Poncio Pilatos, Gerry se sacrifica y hace que los zombies lo persigan a él y no a sus acompañantes; para demostrar sus convicciones firmes Jesús camina sobre el agua, Gerry camina entre los zombies; una a una las acciones de cada uno se asemejan aunque con una conclusión diferente y más poderosa la de la película de Gerry que la de la película de Jesús, en esta última Jesús muere, resucita y se va al cielo, de cualquier forma partir de este mundo es la solución; Gerry no, Gerry tiene una más humana pero menos aterradora solución que la muerte o que partir, aunque casi muere y en eso consistió su sacrificio Gerry se mantiene con vida y transmite ese mensaje a todos los demás humanos, podemos vivir estando enfermos, inyectándonos una enfermedad para que « el mal », los zombies no nos ataquen, fabrica un escudo contra « el mal ». Aunque el mundo esté destruido, Gerry nos enseña que aun podemos continuar aquí, que no se trata de poner la otra mejilla sino de llegar a un estado peor que el de nuestros enemigos para que no nos ataquen, se trata de evitar que el enemigo ataque y no tener que soportar su ataque. De esta forma, Gerrycristo sigue vivo, sigue en pie de lucha, no se espera su segunda llegada sino que está aquí presente y, como Jesucristo, estará presente mientras existan los zombies (« el mal »).

Aparte de la fe que profesa el filme, evidentemente cristiano, considero que la pregunta importante del filme es: ¿alguien verdaderamente puede salvarnos de nosotros mismos? Sea cual sea la cosmovisión, en momentos de ataques verbales, militares, físicos, opresores, injustos, terroristas ¿podemos salvarnos de nosotros mismos? Y un poco más allá: no hay nada más de lo que tengamos la necesidad imperiosa de  salvarnos, desde nuestra aparición como raza, que de nosotros mismos, la invención de poderes divinos hasta los poderes militares, se han convertido en  herramientas con las que pretendemos mantener al otro en su sitio, es decir, en el lugar donde pueda actuar sin molestarnos, « Dios es omnipresente y lo ve y lo sabe todo » « No salgas a la calle que hay zombies » « Estados Unidos te está espiando » « Duérmete! si no viene el ‘coco’ y te comerá » son esas frases con las que queremos mantener en cierto estado deseable a quién las dirigimos. Me gustaría ver en un filme o en una escena cualquiera de la vida cotidiana, alguien que deseara convertirse en zombie, o que el coco se lo coma, o que sea espiado por Estados Unidos o que quisiera que Dios lo observara, porque creo que ese tipo de deseos podrían ayudarnos mucho más, pues haría de este mundo lugares y personas que actuarían de forma tal, en sus hogares salir a la calle sería un acto común así hubieran zombies, actuarían de forma correcta los verdaderos creyentes porque Dios está ahí, etc. Aunque quisiera más que no existieran ese tipo de entelequias y en cambio que aceptaramos o rechazaramos los deseos del otro, las actuaciones del otro a partir de nuestra propia razón y no desde nuestra imaginación o peor aun de la imaginación de los otros, sin mesías, sin Gerry’s, sin dioses, porque quienes deben aceptar al otro son quienes quieren imponer sus deseos, sus creencias, sus experiencias, quien no quiere imponer o convencer a nadie de nada no tiene ese inconveniente, así que quienes pretendan imponer o tratar de convencer al otro de portarse de tal manera o tal otra son quienes deben aceptar la diferencia, si quieres ser zombie ve sal a la calle, si no quieres dormir ve y conoces al coco, etc, etc. No impongas nada y no dejes que te impongan nada es el único mandamiento que me atrevo a lanzar.


World war Z es una reproducción del cristianismo mucho más creíble que el mismo cristianismo milenario, si hubieran contado con Hollywood hace dos mil años, el cuento hubiera sido más pasable; la salvación de no ser zombie es seguir siendo humano cueste lo que cueste, ser humano implica seguir teniendo enemigos, en el caso de Gerry, los zombies, en el caso de Jesús, cualquiera que no piense como tu. 

Pero Gerry al igual que Jesús comete el error que yo no puedo evitar de callar: se trata del hecho de tener que poner escudos, barreras para no ser atacado, para no ser tentado, pero en ningún caso se trata de que no hayan ataques o tentaciones, es decir, la imaginación es tan corta en este sentido mesiánico, que no llega al punto de encontrar al que ha generado los ataques y las tentaciones y evitar que lo siga haciendo, en otras palabras, no hay mesías sin enemigos, no hay buenos si no hay malos, no hay paz si no hay guerra, esa imposición como lógica humana está errada – considero yo –.