La vida siempre será un gran
suceso - para pesimistas, para optimistas y para realistas –, no podemos pensar
nada fuera de ella, eso hace que en cualquier eventualidad surjan capacidades
para afrontarlas, surjan otras distracciones, eclosionen emociones,
sentimientos, sensaciones que desconocíamos de nosotros mismos; todo suceso
hace que nos conozcamos, hace que nos demos cuenta de qué estamos hechos. En
los momentos de alegría inmensa, salen lágrimas y sentimientos, surge una emoción
que nos gustaría saber en dónde se almacena con el fin de guardar un poquito
para después; en los momentos fuertes, agresivos, miserables, tristes, también
salen lágrimas y quisiéramos saber en qué lugar se ubica esa agonía, esa
angustia de estar así, para arrancarla, para escindirla de uno. La vida es ese
vaivén entre lo alegre y lo triste, es una onda sinusoidal, una dialéctica que
debe ser pensada con neutralidad, vivida con vehemencia, firmeza, convicción, con
objetivos que sean indemnes, con decisiones inapelables, con certezas. Eso no existe Julio César, hoy estamos acá,
mañana no sabemos, no tenemos certezas, no hay decisiones que no cambien y los
objetivos se van desvaneciendo con el tiempo, si un día trazas una vida con
alguien – por ejemplo –, otro día la trazarás con otra persona y otro día con
otra. Pues yo pienso, que si hay una trazada de objetivos de vida posterior es
porque no quedó bien, no se hizo bien, no se fortaleció, sólo se dijo y ya,
pero no se hizo nada, no era que no se sintiera, sino que algo faltó, algo no
salió bien, hubo únicamente retórica. Y ¿cómo podemos fortalecer esos planes de
vida? Es difícil, nadie es tan experto para esos asuntos, nadie es lo
suficientemente anciano para haber vivido todas las vidas posibles, sólo me
atrevo a decir, que cuando se percibe de la otra persona la convicción – y no
los sentimientos – de poder realizarlos es cuando puede haber concreción, sin
miedo, de tales objetivos, la vida es
como montar en bicicleta, si quieres mantener el equilibrio debes seguir
avanzando, y ese avance debe tener la tendencia a la mejora, difícil
pensarlo cuando hay muchas formas extremas de ganarse la vida, cuando se vive
pensando en el plato de comida que a veces no llega, dificilísimo pensar en un
mañana mejor cuando el día de hoy cerró a la baja, muy complicado proyectar una
vida que solo trata de sobrevivir, planear una vida e iniciar de ceros cuando
ya hay reporte negativo, cuando se está por debajo del promedio de las
estadísticas, cuando existen más motivos para irse que para quedarse, más menos que más mas, cuando solo se piensa en vivir este día como si fuera el
último y, la última y nos vamos y siempre nos quedamos. Y todo pasa, la vida
pasa, y lo que pasa queda, es decir, si queda no pasa, entonces nada pasa, nada
sucede, nada ocurre; pero entonces, ¿nada pasa o todo pasa?, todo pasa porque
nada pasa, lo que pasa no trasciende, no queda, no cala, no trama, sólo hay drama,
la vida es una película de drama, que comienza con dolor y termina con dolor,
pero siempre es un gran suceso, porque el dolor es un gran suceso, el dolor es
la esencia de las cosas, el dolor es el olor de las cosas, el dolor es omnipotente
y omnipresente, permanente, peñaranda,
esos son cuentos solo se sueña con dolor, la vida es un dolor, un dolor es
ascenso, un dolorcito que no cesa, un dolorcito del cual no se sabe su causa,
que no se conoce su ubicación, un dolorcito incierto que tiene un olorcito a
hospital, a guerra, a calle, a noche, a ataúd, a peligro, a muerte, muertecita
linda que llega y acaba con el dolor, porque lo bueno del dolor es que avisa
que aun estamos con vida, cuando no hay dolor no hay vida, por eso la vida es
un gran suceso, porque a pesar de ser un puro dolor y estar siempre a puro
dolor, a puro dolor, a puro puro dolor, se mantiene indemne, incólume, al
frente, de frente, ¿por qué quererte duele tanto?, la vida es una película de drama, el fin de la
historia ya llegó según Francis Fukuyama, una vida sin historia es una
habitación sin cama, una cama sin colchón, un motel sin espejos, una
Universidad sin putas, una religión sin mentiras, una guerra sin muertos; la
vida es la historia de una hormiguita enamorada de un elefantico, un elefantico
que está enamorado de una culebrita, una culebrita lesbiana enamorada de una jirafa,
una jirafa enamorada de mi y yo enamorado del planeta Venus. La vida es un
imposible del cual se sabe muy poco.