martes, 25 de septiembre de 2012

Tres cosas.



Amigos es una película sobre el amor entre un hombre y una mujer con la excusa de la amistad entre dos hombres, uno de raza negra, otro en silla de ruedas, en donde se teje una red de sucesos dramáticos, crueles, duros, fríos, en forma de burla, burla a esa misma broma que es una vida llena de eventos tristes, burla a la burla de la infelicidad que, es de lo que están hechas la mayoría de las vidas, burla a ese dolor de luchar día a día y conseguir solo poder estar aquí un día más, vida = drama, es la ecuación inequívoca en el mundo de este filme, de este mundo que no es otro y que no se diseña sino que se va viviendo y no hay pausa, no hay causa. Mundo = bola de tierra que gira en el vacío, vacío que trata de superarse con amor, amistad, armonía, escritas con A, la primera letra del alfabeto, como indicando que deberían ser el inicio de todo, pero primero está el odio, el caos y la corrupción luego esas cosas, primero la acción luego la solución, primero la maldad luego la bondad, y entonces el vacío se agranda y ya no solo la bola de tierra está ahí suspendida sino que todo lo demás todas las acciones por más bondadosas, alegres, felices que sean no pueden dar viraje no pueden apuntar a otra dirección porque el mundo es una bala que ha sido disparada al aire, el mundo es una bala perdida y por ser bala no tiene reversa, el vacío no tiene reversa, o sí, tiene la misma reversa de un espermatozoide, o sea, no tiene. El vacío lo es todo, es lo que permanece, es la esencia de las cosas; el amor, la armonía, la amistad, son intentos superfluos para atacarlo, pequeños golpes de pecho, intentos diminutos, piedras que lanza un niño queriendo alcanzar la luna, una salida de emergencia de un avión que vuela a 8 mil pies de altura, un paracaídas roto, esas tres cosas junto con la bondad son excepciones en este mundo hecho para la violencia, el desconcierto y la desilusión, la violencia es un regalo que nos damos día a día, la bondad y las tres cosas son dulcecitos que adornan ese gran regalo, no amamos para siempre, aunque el amor si es para siempre, la amistad se desdibuja con la distancia y el paso del tiempo y la armonía es la convergencia de todas las variables de un sistema que apuntan a una dirección, tenemos un mundo tremendamente armonioso, pero no amoroso ni amistoso, armonioso en maldad, coherente con lo negativo, si no te he dado confianza no puedes ser mi amigo, si no te conozco no puedo hablarte, mucho menos quererte, cuando se debe tratar es de invertir ese orden ilógico, querer más allá de nuestros seres cercanos, pues por obligación deben quererse, querer al extraño, abordar al extraño que no es extraño, es alguien como yo, como usted, como nosotros, tratar con humanos, así la vida se convierte en otro cuento, cayendo al vacío pero sin sentir la caída, las tres cosas comenzarán a convertirse en una regla especial y luego generaciones adelante volveremos a una edad de oro ovidiana, sólo amando, siendo amigos y encontrando la armonía entre estos sentimientos, entre todos hablando con los extraños identificándonos como humanos, ser asaltados por la bondad, ser atracados por la amistad, ser robados por el amor de algún extraño, tres cosas es el nombre que puede llegar a tener esta generación sin nombre, generación en donde sale una película que cuenta un instante de la vida de dos amigos, de una amor, rompe records, sorprende y parece sacada de otro lado, de otra parte, una película extraña me dijo alguien,  una generación cristiana en donde uno actúa como Jesús el nazareno y lo tildan de loco, si uno habla como Sócrates el ateniense uno es un fastidio, si uno respeta el espacio de los demás, manejando carro, o caminado sobre una acera, haciendo una fila, cediendo el puesto en el autobús, uno es mucho bobo, uno no es de por acá, uno es un raro, si uno carga una pistola que dispara amor, armonía y amistad uno es un loco. Mucho loco Julio, tú eres un loco. Digo: tres cosas necesitamos para que cambie la cosa.