Hay días en los que a Dios se le nota que cuando creó el mundo estaba en su día de despecho, se le nota tanto su odio que creó la tristeza, la luna opaca, los días grises y lluviosos, se le nota su baja de nota que creó hombres como yo. Su ira con Diosa que lo dejó por otro Dios con un mundo mejor, le hizo crear el Whisky y el Vodka. Sus pensamientos egoístas lo han llevado a querer ser el único que alaben y ha llegado tan bajo que ha permitido que en su nombre maten a los que creen en otro Dios.
Lo que le pasó a Dios fue que Diosa no se le aguantó más todas sus complicaciones, todo su protagonismo, todas sus humillaciones y sometimientos y se fue para otro lugar en donde la trataban como Diosa.
Dios - que sabe como hace sus cosas - la dejó ir porque Diosa no le iba a hacer falta, pero al cabo de unos meses se dio cuenta que sin ella no podía, se puso triste y nos empezó a crear, la llamaba a pedirle perdón mientras creaba las ciudades con todo su caos, la injusticia y la muerte; le escribía cartas en donde plasmaba todo su amor – porque Dios es amor – e iba creando el tiempo perdido, los sueños intranquilos, los pájaros enjaulados, los tristes tigres y las promesas incumplidas. La recordaba y construía las canciones tristes, la tragedia griega y la decadencia humana. Soñaba con Diosa y creó las noches de insomnio, las cárceles y los puteaderos que son los lugares más tristes porque en ellos concurren los rostros solitarios que buscan satisfacción en sus cuerpos solitarios y salen con tristeza en medio de sus piernas.
Dios caminaba y se imaginaba con ella paseando en los centros comerciales, en los parques, cruzando calles, tumbando esquinas, recordaba las cosas que Diosa le había enseñado. Dios estaba confundido y claro creó la confusión, los días confusos, las noches confusas, las relaciones confusas, los viernes confusos, las llamadas confusas, las películas confusas, la literatura confusa y la bebida más confusa de todas el café negro. Así, sumergido en el universo de la confusión o el universo sumergido en la confusión, sabía que la había perdido – porque Dios lo sabe todo – y desde siempre ha sabido que ÉL está perdido y que la humanidad está perdida. Sólo Diosa nos puede salvar.
Diosa es una mujer en todo el sentido de la palabra, es una mujer a la que le fascina hacer el amor con su nuevo Dios, es una mujer por la que cualquier Dios sería capaz de crear multiuniversos, paraísos y mundos felices, es una mujer de cabello negro, sale hermosa en cada foto, es una Diosa, su desnudez posee divinidad, me imagino a Dios enloquecido en ese cuerpo cabalgando y creando el mundo, pero le dio por crearlo cuando ya todo estaba perdido. Diosa es una bella personita y nunca debió haber conocido a Dios porque ÉL le hizo mucho daño, ella no habla muy bien de Dios, ella procura no hablar de Dios, le gustaría negar su existencia, ser atea en ese sentido, como ella misma dice: la relación menos mal duró unos pocos años pero ÉL cree que fue una eternidad, ahora estoy feliz con mi nuevo Dios, no quiero que me llame, ni que me busque, a ÉL no lo necesito. Se le enlagunan los ojos. Todavía lo quiere.
A Dios hoy podría describírsele como un hombre arrepentido, triste, roto, vacío, solitario, un hombre hecho una mierda, un hombre que ama lo que ya no está, un hombre con un grado de culpabilidad inmenso, con nudos en la garganta, con cólicos en la mitad del corazón, con desolación y tristeza recorriendo todas sus venas y arterias, un hombre lleno de sacrificios en vano, un hombre con un solo nombre en su boca: Diosa, un hombre invadido de palabras tristes, con el corazón violento, un hombre con la agonía presente en todos sus actos. Dios es un hombre que espera a una mujer que le dijo adiós.